Tatsuo Horiuchi, un talentoso japonés retirado de 73 años, ha cautivado la atención en su país gracias a sus fascinantes creaciones artísticas utilizando el inusual lienzo digital del programa informático Excel. Su incursión en este peculiar medio comenzó cuando se vio en la encrucijada de elegir un programa para dar rienda suelta a su creatividad y se percató de que las opciones especializadas resultaban prohibitivamente costosas.
Fue entonces cuando decidió explorar las posibilidades artísticas de Excel, un programa ampliamente accesible y preinstalado en la mayoría de las computadoras, dotado de una herramienta para crear gráficos.
A lo largo de una década de dedicación a este arte singular, Horiuchi ha alcanzado un estatus reconocido, y sus obras han sido destacadas en varias exposiciones, presentándose en impresiones de gran formato. Su habilidad para transformar una herramienta de software cotidiana en una plataforma artística única le ha valido elogios y admiración en la escena artística japonesa, mostrando cómo la creatividad puede florecer incluso en entornos inesperados.